Las chicas al frente
A principios de la década de los noventa, un popular locutor de radioreaccionario acuñó el término «feminazi» y un estudio detectó que lasjóvenes tendían a comenzar a odiarse a sí mismas durante laadolescencia. Fue un momento difícil para ser una chica y crecer conpromesas de igualdad de derechos que nada tenían que ver con larealidad. Las tasas de agresión sexual alcanzaron niveles récord; elacoso sexual era muy común en las universidades, los chicos seguiríansiendo chicos y las chicas todavía tenían que vigilar cómo se vestíany por dónde caminaban. Fue suficiente para que una quisiera gritar. El Riot Grrrl se convirtió en el centro de atención en 1991: unmovimiento intransigente de tías cabreadas que no tenían pacienciapara el sexismo ni estómago para la doble moral ni intención dequedarse calladas. Bandas incendiarias de punk como Bikini Kill?liderada por la profética Kathleen Hanna?, Bratmobile o Heavens toBetsy hicieron correr la voz. Decenas de riot grrrls publicaronfanzines, fundaron colectivos locales y organizaron convenciones, y el movimiento se extendió desde sus orígenes en Washington D.C. yOlymp
- Editorial: Contra |
- Páxinas: 408 |
- Dimensións: 150x210 |
- Idioma: castelán |
- Tradución: Errazkin, Ibon |
- ISBN: 978-84-18282-90-4 |