Larrea es un español, hijo de exiliados, que alcanzó un notable éxito en Francia como escritor y guionista cinematográfico. Sus principales desvelos son propiciados por la tensa relación que mantiene con su hijo. A todo esto se añade el desencanto de ver al dictador Franco morir en la cama con poder absoluto.

A partir de un guion de Jorge Semprún, ambientado en Barcelona, el film se puede considerar como la continuación espiritual de la obra de Alain Resnais La guerre est finie. Yves Montand viene a ser el álter ego de Semprún, militante comunista.