A symphony of noise lleva al espectador a un viaje con Matthew Herbert, directamente a la mente del revolucionario músico y compositor británico, conocido por sus excelentes piezas que combinan música derivada de sonidos de la vida real con temas políticamente sensibles. A lo largo de diez años, Enrique Sánchez Lansch acompañó al músico en su proceso creativo de concebir, grabar e interpretar sus proyectos más emocionantes y sus diversas actividades. Para el artista británico, la música no es solo un producto, sino un proceso. En la película, el público experimenta directamente como Herbert crea música a partir de sonidos y ruidos cotidianos. Qué es lo que impulsa a este excepcional artista y por qué cambiar la forma de oír supone un acto revolucionario para él?