París, 1926. Walter Benjamin se enamora de la ciudad, pero ella no le corresponde. Incomprendido y desconocido, se siente solo. Lo que no le impide empezar a trabajar en la que será su gran obra, El libro de los Pasajes. André Breton conoce a Nadja, que se convierte en su heroína y lo guía a través de una ciudad de maravilla. Cada noche, Ludwig Hohl camina por París. Su mirada de extranjero se cruza con la de Léon-Paul Fargue, auténtico parisino, nostálgico y brillante. Entre ellos aparece el gran paseante Franz Hessel. París se entrega, se enamora, se aleja. Entre la ironía y la melancolía, este volumen del Manifiesto incierto evoca las sombras de la ciudad, el tiempo previo a la II Guerra Mundial y también la actualidad. Una obra épica iluminada por 150 deslumbrantes dibujos.