Las Ramonas es una novela que atrapa al lector desde el principio. La protagonista, después de haber perdido el carnet en un control de alcoholemia, aparece en el coche de la amante de su marido al que llega desde la aplicación de blablacar. La acción es trepidante. Cada capítulo deja un deseo irreprimible por leer el siguiente.

Funciona como una Road Movie, como la historia del intento de una superación contada durante un año desde trayectos en coches ajenos. La protagonista, Mona Otero, fotógrafa de bodas, no es una heroína y como los personajes de las grandes novelas se mueve desde un deseo imposible, en este caso, ser una artista internacional. Entonces, aparece un tema de la condición humana sobre el que se ha escrito poco, la envidia.

Los personajes, de unos cuarenta años, viven todavía en la estela de la crisis, con sueños rotos, pocas posibilidades, carreras frustradas.

Una novela sobre el rural contemporáneo, escrita no desde la idea de la España vacía, sino desde la realidad de gente que vive a caballo entre la idealización del campo y la necesidad de salir del agujero vital que representa.

Las Ramonas está cruzada por un grito de vida, de cambio reivindicativo y transparente, por poner el foco en las mujeres de carne y hueso con sus propias contradicciones, incluso aquellas que no parecen tener derecho a existir. Ramón Nicolás. La Voz de Galicia