Una experiencia gráfica y literaria en un libro intervenido y cosido japonés, delicadeza en contenido y continente. Un libro excelente.

Un blues para Teherán es el placer de continuar con un autor que hace del cine, de la radio y de la literatura un bellísimo puente entre lenguajes muy diferentes pero que disfrutan de territorios comunes. Y así el primer largometraje de Javier Tolentino se convierte también en una experiencia gráfica y literaria que cuenta con varios ilustres compañeros de viaje. El autor coreografía un texto coral con bellas imágenes de Juan López, el director de fotografía del filme de Tolentino. Cuenta con las aportaciones de dos grandes firmas de Irán, la artista Shirin Salehi y el realizador kurdo-Iraní, Erfan Shafei.