Gueorgui Krútikov
La obra de Gueorgui Krútikov sintetiza las aspiraciones de la vanguardia rusa y su posterior evolución. En 1928, siendo un prometedor estudiante de los Vjutemás, Krútikov presentó una idea visionaria para responder a la sobreexplotación del planeta: La ciudad voladora. Proponía construir viviendas que flotaran en órbitas geoestacionarias y así liberar la superficie terrestre para el ocio y la actividad industrial. Los habitantes de esta red de ciudades concebida a escala planetaria se desplazarían en cabinas individuales que permitirían recorrer el planeta por tierra, mar y aire y conquistar el sistema solar.
Krútikov se formó después de la Revolución en un contexto cultural en el que todo parecía posible. Este optimismo marcó sus mejores años como proyectista. Las ideas de urbanismo móvil y arquitectura flexible que había plasmado de forma radical en su proyecto de licenciatura, reaparecen en sus propuestas para el teatro experimental, la organización de ciudades-comuna o el Palacio de los Sóviets. Su pasión por la conquista del espacio subyace en los exquisitos montajes expositivos que realizó junto a Lissitzky o su propuesta para el monumento a Colón. La llegada del estalinismo le obligó a adoptar el estilo neoclásico, con el que diseñó una de las grandilocuentes estaciones del metro de Moscú. Insatisfecho con este giro abandonó el diseño arquitectónico para luchar por la preservación del patrimonio de la URSS, una actividad que le enfrentó a la burocracia comunista.
Gracias al estudio de su archivo personal, Jan-Magomédov reconstruyó su trayectoria y rescató del limbo a este enigmático personaje, colmando con esta monografía un vacío en la historia de la arquitectura del siglo xx.
Krútikov se formó después de la Revolución en un contexto cultural en el que todo parecía posible. Este optimismo marcó sus mejores años como proyectista. Las ideas de urbanismo móvil y arquitectura flexible que había plasmado de forma radical en su proyecto de licenciatura, reaparecen en sus propuestas para el teatro experimental, la organización de ciudades-comuna o el Palacio de los Sóviets. Su pasión por la conquista del espacio subyace en los exquisitos montajes expositivos que realizó junto a Lissitzky o su propuesta para el monumento a Colón. La llegada del estalinismo le obligó a adoptar el estilo neoclásico, con el que diseñó una de las grandilocuentes estaciones del metro de Moscú. Insatisfecho con este giro abandonó el diseño arquitectónico para luchar por la preservación del patrimonio de la URSS, una actividad que le enfrentó a la burocracia comunista.
Gracias al estudio de su archivo personal, Jan-Magomédov reconstruyó su trayectoria y rescató del limbo a este enigmático personaje, colmando con esta monografía un vacío en la historia de la arquitectura del siglo xx.
- Editorial: Tenov |
- Año: 2015 |
- Páginas: 160 |
- Dimensiones: 170x210 |
- Idioma: castelán |
- Traducción: JAN-MAGOMÉDOV, SELIM OMARÓVICH |
- ISBN: 978-84-939231-9-8 |