Figura fundamental de la mística del siglo XIII, Hadewijch de Amberes, a pesar de su envergadura espiritual fuera de lo común ha sido poco conocida hasta épocas recientes. Sus Visiones presentan una inagotable riqueza de imágenes y sentidos que transcriben su insólito itinerario místico por el mundo imaginal.

Poco sabemos de la vida de Hadewijch de Amberes (siglo XIII), figura destacada del movimiento beguinal en sus inicios, y escasos son los datos que nos ofrecen sus escritos: Visiones, Cartas y Poemas; en ellos aparece como maestra de un grupo no organizado de mujeres de las que se ve obligada a separarse, amenazada con el destierro y la prisión. Mujer de una cultura asombrosa, considerada la primera gran escritora en lengua flamenca y una de las creadoras de dicha lengua, su pensamiento dejó huellas profundas en Eckhart y en Ruisbroeck, siendo así antecesora de la mística renana.

Elemento crucial del misticismo de su tiempo, en el que las mujeres desempeñan un papel fundamental, supo aunar libertad y belleza en un singular camino de conocimiento que era, al mismo tiempo, camino de divinización. La experiencia espiritual de Hadewijch tiene un carácter netamente místico y visionario: sin maestro humano, guiada por un ángel, lleva a cabo la ascensión a los distintos cielos donde tiene lugar la unió mystica, el encuentro con su yo eterno, su Gemela celestial.

Expresión de la confluencia entre la mística del amor y la mística del conocimiento, las Visiones son un tesoro tan inagotable como sorprendente: imágenes y símbolos se encadenan para configurar un relato iniciático de belleza y densidad excepcionales, que nos ofrece la posibilidad de rastrear y hacer nuestra en alguna medida la vertiginosa experiencia de los misterios divinos, tal como la vivió Hadewijch de Amberes.