A través del tiempo y el espacio: dos autoras se dan la mano.
Tanto la poesía de Renée Vivien como la de Andrea Nunes Brións nacen de la agitación y la rebeldía: son poemas-dinamita contra los mandatos patriarcales que dictan cómo deben ser y cómo deben amar las mujeres. Ambas nos legan versos cargados de crítica y furia, pero también de alternativas: se puede renacer con reglas propias. La selección de poemas de Renée Vivien es un tributo a aquellas mujeres que se unieron para poder amarse, para poder vivir con plenitud o simplemente para tener la posibilidad de seguir viviendo. En sus versos crece una propuesta: la creación de espacios de seguridad pasa por la creación de espacios de sororidad. Pero también aparece un cuestionamiento de ese duro binarismo masculino-femenino: muestra su fascinación por la andrógina, príncipe y virgen al tiempo, alma doble. Este aspecto está presente asimismo en la poesía de Andrea Nunes Brións: hay un resarcimiento y una reapropiación de lo considerado disidente, abyecto ( aquí os habla un monstruo ). Y así, de nuevo, el renacimiento: amar, vivir y gozar se abren paso como certezas en medio de la búsqueda, del viaje.