Habitualmente apodado como un rebelde de Hollywood, William A. Wellman fue uno de los mayores creadores del cine clásico, especialmente en los últimos anos del período mudo y primeros del sonoro. De ascendencia británica, Wellman fue siempre un hombre de acción, participando como aviador en la Primera Guerra Mundial. Este mismo gusto por el movimiento será clave en su cinema, de ágil narrativa y vertiginosa velocidad. Wellman se da a conocer a finales de los años 20, pasando a la historia como el primer ganador de un Oscar de la Academia con su película Wings. A esa misma estapa pertenece Los mendigos de la vida, primera escala en el foco de NUMAX. Una obra que acompaña el camino de los más desfavorecidos del sistema, en este caso una joven -encarnada por la enorme Louise Brooks- que tras un intento de violación, mata a su acosador y se viste de hombre para huír de la policía.

A inicios de los treinta la obra de Wellman destaca por una sorprendente productividade, firmando una media de seis películas al año. Son obras de bajo presupuesto hoy denominadas pre-code, por tratar temas como la prostitución, el hambre, el alcoholismo o las heridas de guerra que serían censuradas poco después por el célebre Código Hays. A esta estapa pertenece la mítica El enemigo público, considerada como una de las grandes obras maestras del cine de gángsters en la que sobrasale la figura de un jovencísimo James Cagney.

En su súa obra posterior, Wellman fue tocando prácticamente todos los palos del cine clásico, siempre con acierto, dotado de una inimitable capacidad para la narración seca y directa. En 1937 realiza la memorable Ha nacido una estrella, emocionante y amargo melodrama sobre la propia industria del cine. En las décadas siguientes realiza numerosas obras maestras del cine del Oeste (Caravana de mujeres, Incidente en Ox-Bow, El rastro de la pantera...), de las que para este foco seleccionamos Cielo amarillo, con un impresionante elenco encabezado por Gregory Peck, Anne Baxter y Richard Widmark.