Güeros es una road-movie en la que los viajeros apenas logran salir de la ciudad. Una comedia sobre la llegada a la madurez que rinde homenaje a la nueva ola francesa, filmada en blanco y negro en formato 4:3. Siendo una película un tanto inusual, Güeros comienza con un tipo de explosión bien original: una bomba de agua explota en un carrito de bebé. Ha sido lanzada por el adolescente Tomás desde un bloque de pisos. Puesto que el chaval no crea más que problemas a su madre, ella lo manda a casa de su hermano, que está estudiando en la Ciudad de México. Es 1999. Fede, también conocido por sus amigos como Sombra, vive con Santos en un prefabricado de hormigón. En ese momento están en huelga con la huelga que sus compañeros están organizando en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tomás trae un casete con él; la cinta es parte del legado de su padre, y contiene música de Epigmenio Cruz. Dicen que sus canciones hicieron llorar a Bob Dylan, y que podría haber salvado de la ruina a la escena rockera de México. Cuando el trío se entera de que su ídolo está en el hospital, desvaneciéndose rápido y solo, se ponen en marcha en un coche oxidado para rendirle sus últimos respetos a esta otrora estrella del rock.