Siempre abordamos la historia del cine desde la perspectiva de los cineastas profesionales, pero pocas veces consideramos de interés el punto de vista del amateur, aquel que, como denota la súa raíz latina amare, implica hacer algo por placer, por puro amor. Bernardino de Lamas, en realidad un seudónimo del periodista Alfonso Piñón, es uno de los pioneros cineístas amateur de Galicia. En los libros de historia del cine gallego apenas representaba algo más de una nota a pie de página. Se hablaba esquematicamente de un cineísta desconocido de Ferrol. Explorando descubrimos que, además de cineísta, Alfonso Piñón/Bernardino de Lamas fue un periodista andarengo comprometido con la naturaleza, un descubridor de senderos ocultos, un filósofo de los caminos y congostras olvidadas, un singular homo viator. Casi un precursor del ecologismo contemporáneo adelantado a su tiempo.

Manolo González es un activista del cine y el audiovisual gallego desde hace cuarenta años en diferentes iniciativas del campo industrial, educativo o institucional. Fue el impulsor y director de la Escuela de Imagen y Sonido de A Coruña (1990-1998) o de la Agencia Audiovisual Gallega (2005-2009). Al mismo tiempo colaboró con las Universidades de Vigo y Coruña. Coordina el encuentro de cineastas de la Chanfainalab de San Sadurniño (2014-2025). En los últimos años fue publicando libros, folletos y artículos, nombradamente sobre formación, política audiovisual y cine de emigración a través de figuras singulares de nuestro cine como José Gil (Nos días encantados de agosto, premio Losada Diéguez 2023) y Antonio Rey Soto (O benshi de Galicia, finalista en los Premios Rosalía de Castro 2024).